Emprender
Crear una empresa o emprender no se trata de levantar capital, ni de construir un MVP, ni de validar tu idea. Estos son los consejos que me hubiese gustado recibir cuando empecé.
Si venís leyendo cosas relacionadas a los emprendimientos, los MPVs y las startups, seguramente te hayas cansado de leer esto: validá tu idea antes de levantar capital o antes de construir tu producto.
Y aún así, posiblemente si ahora mismo le preguntás a un inversor o a un emprendedor "qué consejo le darías a un nuevo founder" te repitan lo mismo: hay que validar antes que cualquier otra cosa, y pedir plata es una pérdida de tiempo.
Gracias por nada, founder/inversor/emprendedor-top-notch.
Te comparto algunos insights que a mi verdaderamente me hicieron una diferencia al momento de emprender, y ojalá te sirvan a vos también.
Una vez leí a Naval Ravikant diciendo "Aprendé a vender. Aprendé a construir. Si podés hacer las dos, vas a ser imparable".
Esto sigue siendo verdad para crear una empresa en 2023. Si juntás a dos personas, una con expertise absoluto en construir, y la otra en vender, muy posiblemente puedan crear algo desde 0 y tener algún tipo de éxito.
Pero definitivamente no es suficiente para hacer algo que escale en el largo plazo.
Me gusta pensar, además de esta combinación de ventas y construcción, en la importancia del vínculo entre las personas que conformen una sociedad.
Hay dos puntos clave en los que fallé reiteradas veces hasta que pude dar en la tecla, y creo sustanciales para emprender:
1) Trabajá con quien disfrutes genuinamente pasar muchísimo tiempo.
2) Trabajá con quien puedas ejecutar de forma continua y enfocada.
Si además encontrás esas dos cosas en un equipo con el que podés trabajar por los próximos 10 años, posiblemente haya altísimas chances de éxito.
Combiná expertise en ventas, expertise en ejecución/construcción/desarrollo (o tangibilizar, como me gusta decirle a mi), disfrute en el tiempo compartido, y foco y ejecución continua, y multiplicalo por 5 o 10 años de interés compuesto.
Esto es lo que verdaderamente hace la diferencia. No es levantar capital, ni tener una idea de mil millones de dólares, ni tener seguidores y likes, ni salir en la tapa de una revista.
Pero hay dos puntos más que considero sustanciales para cualquier tipo de founder o dueño de negocio:
- poner la piel en el juego (o *skin in the game*)
- tener una obsesión desmesurada por resolver un problema específico
La obsesión por resolver un problema tiene que ser el driver de los founders, ese motivo por el que se levantan a la mañana, y la piel en el juego su medio para canalizar dicho driver.
Si te obsesiona un problema o punto de dolor que tengan un grupo de personas en cierto contexto, y no perdés el foco en eso, es muy posible que encuentres soluciones o formas de reducir ese punto de dolor.
Si además salís a la calle a hablar con esas personas, hacés lo que ellas hacen, vivís su dolor de la misma manera, y te ponés en su lugar, vas a tener suficiente aprendizaje para hacer una solución realmente útil.
No hay research, uso de Chat GPT o incontables horas que pases en tu silla "conociendo a tus usuarios por internet" que reemplace poner la piel en el juego verdaderamente.
Estos puntos son atemporales, y no tienen nada que ver con timing, ni con levantar capital, ni con todas esas palabras sexys del mundo startupero que sólo sirven para sonar más interesante.